martes, 4 de octubre de 2016
Amnesia I
Entre la Stilldemenz post parto y el resfrío, que no cesa desde hace días, veo complicado poder pensar, ni que hablar si agregamos de modo creativo. Además de que no duermo hace meses. Todo ello es un cocktail difícil para lograr un proceso de escritura, un camino de creación. El ocio "creativo" tan defendido por Mario Levrero, ¿cómo se aplica a las mujeres, madres y escritoras, madres de sus hijos y de sus libros, la poesía como maternidad literaria? Asuntos que vuelan en el aire y que siguen dando vueltas en mi cabeza mientras olvidos y recuerdos hacen más complejo el tejido de la amnesia.
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1 comentario:
Hermoso, conmovedor, y auténtico...
Soy Alejandra, también madre-escritora-poeta, me identifico
cien por ciento con lo que acabo de leer en "Amnesia I".
No es nada fácil ser madre, y menos aún, madre y poeta.
Ese anhelado espacio del que siempre hablaba Levrero, cuando nació nuestro hijo Fabrizio,
se me redujo al mínimo. Pero de ese "mínimo" pude y puedo aún, abstraer el máximo. La vivencia
de parir un hijo y el privilegio de seguir creciendo al lado de él, es intransferible.
Ahora Fabrizio tiene 4 años y es otra historia. Él empieza a ser más independiente de mí; va al pre escolar todos los días, ya se sabe vestir, jugar consigo mismo y con sus amigos. Eso hace que la poeta que tengo dentro tenga más espacios para respirar y expresarse. Es difícil encontrar la balanza entre el "ser madre" y el "ser poeta". Pero desde el momento en que acepté que esa balanza siempre la voy a perder, esa pérdida y reconquista continua, se transformó en el motor esencial para escribir. Y mi voz como poeta-escritora va ganando una contundencia que nunca hubiera podido alcanzar,
si en este mundo no hubiera dado a luz a Fabrizio. Que Dios lo bendiga...
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