If I could turn you on, if I could drive you out of your wretched mind, if I could tell you, I would let you know. R.D. Laing
escribe lo que quieras
que cada palabra
busque a su media naranja
que cada palabra
encuentre a su pareja
que cada palabra
cierre el círculo abierto de sus vísceras
que cada palabra
encuentre su cementerio
que cada palabra
abra la válvula
y aproveche la apertura
hacia dentro del espejo
que cada palabra
gima por el horror de nácares
y cuarzos de collares artificiales
que cada palabra
encuentre su cuerda de nylon
y toque su melodía de enredadas
notas de acero
que cada palabra
sufra la convulsión del encuentro
de sílabas y vocales
que cada palabra
surja del cráter ilógico de la memoria
que cada palabra
transite por el muro de pensamientos
y haga un agujero justo en ese intersticio de luz
que cada palabra
llene el hueco de los ojos
que cada palabra
empiece por sí misma
y atraiga al Doppelgänger
que se esconde en el Cementerio Club
que cada palabra
grite los bemoles y sostenidos
tanto tiempo ocultos bajo la piel
que cada palabra
comience dando círculos y círculos y círculos
que cada palabra
amanezca más tarde
la mañana no es para poetas
que cada palabra
aspire la noche, la luna
y los polvos mágicos del bosque
que cada palabra
reviente y explote y se haga añicos
en nombre de la poesía
que cada palabra
despierte de su mutismo
y vengue la prosa de la vida
que cada palabra
escupa sus entrañas al sol
y encuentre en los anillos de los árboles
las respuestas a la música verdadera
que cada palabra
deshaga el nudo gordiano
y encuentre los acordes de cada verso
que cada palabra
transite en la cinta de Moebius
que cada palabra
rompa los hilos
que enmudecen los poemas de su voz
que cada palabra
suelte sus alaridos
y haga música del ruido
que cada palabra
venza en la batalla
contra el silencio
que cada palabra
arme el rompecabezas
de sonidos y sentidos
sin destruir el ritmo azulado
que cada palabra
construya la guitarra de versos
y tenga las manos
para rasguear los sonidos poéticos
que cada palabra
sea el río y el agua y la orilla
que cada palabra
desfile con armadura de hierro
y corazón de alcaparra
que cada palabra
coma del fruto dulce de la concentración
que cada palabra
sueñe los sueños de Miranda
que cada palabra
se queme y queme
y encuentre en el humo
el perfume de la síntesis
que cada palabra
converse menos y escriba más
que cada palabra
deje de ser un hueco
y llene con líquido
tanto recipiente vacío
que cada palabra
gire y gire
sin marearse de imágenes
que cada palabra
diga menos
los colores se perciben mejor
en silencio
que cada palabra
dé el salto inicial
para sentir el vértigo
de la caída libre
que cada palabra
apriete los dientes
y deje salir al poema
que cada palabra
baje a los círculos
de este lado de acá
donde yo la espero
mientras sorbo lentamente
un poco de mi té
envuelta en los humos y vapores
de lo que vendrá
No hay comentarios:
Publicar un comentario