como no hay tiempo este es el primer poema que
escribo. tengo quince años y estoy enamorada. todo pasa por primera vez. el
beso, mi cuerpo, el amor. escribo el primer poema porque no hay tiempo.
ambiguo, ambivalente, ambidiestro. no hay tiempo. corre. no existe el tiempo.
tengo quince años. nadie me canta una canción, nadie me escribe un texto porque
este es el primer poema y no hay tiempo. tengo quince años y estoy enamorada.
cometí un crimen pero los testigos se han ido de la habitación y me miran a
través del espejo. tengo quince años, soy inocente, escribo mi primer poema
porque no hay tiempo. pero me pierdo en el laberinto y el laberinto se pierde
en mí. en el desencuentro veo al juez pidiendo silencio, dará su veredicto
mientras escribo mi primer poema en la arena, en el agua, en el reloj. no hay
tiempo y soy inocente. el espejo atraviesa mi piel de eucaliptus. se me antoja
exquisita la sensación. quiero que me penetres pero tengo quince años y escribo
mi primer poema. nadie lo sabrá, nadie se enterará, nadie podrá intuirlo.
cometí un crimen pero no hay tiempo. tengo quince años, grito, escribo mi
primer poema. qué absurdo, pienso, me esposan. dicen que no soy inocente, que
no puedo escribir algo así. entre los barrotes la pantera de rilke ruge y me
roba los ojos, el bosque de baudelaire no se corresponde con mis piernas, el
gato de alicia no se ríe más. digo que tengo quince años y que este es mi
primer poema. no hay tiempo y la inocencia se fue a la madriguera. estoy ahora
sorbiendo las raíces del bosque, la savia es dulce cuando explotas entre mis
muslos de azúcar. pero no fue así. me imagino a la gran arquitecta de ocho
brazos lamiendo el texto. se llenó el árbol de padres e hijos mientras tengo
quince años, escribo mi primer poema y no hay tiempo.
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