Estamos muertos, llevamos muertos en la sangre. La vida
está tejida de muerte, no somos nada sin los muertos. Nosotros mismos
estamos intentando renacer entre la muerte que nos sepulta. Un
nacimiento, una muerte, un renacer. La flor que se derrite de pulso, el
mismo árbol del Bardo que matamos cada día. La poesía muerta de vida,
viva de muerte y yo dando espasmos de nacimiento en la frágil
circunstancia de mi vulnerabilidad.
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