jueves, 15 de octubre de 2015

Cambio

TENGO EL SÍNDROME DE LA ESCARCHA
el árbol deshojado de espíritus de clorofila
el tronco humedecido en sus venas ambarinas
las ramas soldadas a estructuras de soldado
la corteza de selva fructuosa hundida
en los párpados de la corteza invisible
Tengo el tejido vegetal bajo cero
la copa congelada
agotados para siempre los caminos de plástico
la mente verde giro-estática
se apagó el túnel de barro
el nido decayó en la nieve verbal

Estoy suficiente
en disyuntiva peristáltica            
Acabados los términos lineales
la periferia de los verbos
(¿POR QUÉ PIENSO?)
Los intestinos inventados
para decir los agujeros del tiempo
No quiero decir/ QUIERO
Montevideo, 4 de julio, 1995

1 comentario:

e9 dijo...

La inocencia abría nuestras puertas sublimes. Tiempo tormentoso y germinal ese que destroza y alimenta a la vez. Época celebrada en siestas y alabanzas. En flores y pinos (de tu entrada) se raleaban las selvas efervescentes que veías desde tu ventana. Te acordas? Salud por eso.. fer