día 133, 266 días

en medio de esta doble cáscara

hacia la mitad del camino

duro crustáceo inmerso en cristal blando

me acompaña el oído

reflejos sin movimiento de luna

acuoso rielar endeble

día 132, 266 días

dormida como una astilla en aguacero

espero que pase la tempestad de lo inmóvil

se hincha el tallo en su foco

para decir el viaje del árbol

toda fruta rueda en el soplo de la espiral 

día 131, 266 días

instrumento de mirada

repliegue en la pupa amarilla

soporífera casa de la roca

cuerda vibrátil cantando en el mástil                                 

solo un pasadizo me devolverá al océano

día 130, 266 días

prendo la lluvia

encendida con agua

brota la fuente

húmedo fuego

reverbera el silencio

brillo de noria

gotas sonoras

para escuchar el limo

ecos del río

pequeña brisa

me arrastra un lento sílice

enhebrado aire

día 129, 266 días

pesadez de madurar en la pulpa del mango

tengo afinidad al estuche

quiero estar bajo el élitro fibroso

pero me muevo

golpeo agito los remos

síndrome lácteo sobre la membrana

tengo tierra en las orejas

cultivo de sonidos

en la madeja que me desenrosca

día 128, 266 días

una drosofila en el rocío

de tu estómago negro

un escarabajo en el ámbar

de tu cavidad viscosa

un molusco en el muelle

de tu pubis blando

detenida en la morada errante

escamas en la coraza del viento

no recuerdo la memoria

día 127, 266 días

en el entresijo del mirto surge la espuma

la transformación de la vasija en boca

la voz visceral de la fruta hecha nervio

bebo el numen que me permite emerger

en la cercanía de tu entretela

perenne sinalefa del hueso

con corteza de mar

anhelo físico del pájaro

con sus alas en el tintero

día 126, 266 días

vences invicto astro luminoso

amarillo nato hasta el sacro

siempre te hundes en el pesado borde

donde finalmente sobrevives

a la bilis de fuego que marca

la médula de tu signo vencido

día 125, 266 días

flujo silábico que jamás cesa

vergel sonoro en el desierto mudo

sensación sibilante dentro del higo elíseo

desbrozo los filamentos del barro

un aventado pez sondea el abrevadero

intersticios donde hallo la cadencia

día 124, 266 días

el abecé del abdomen

velloso abejorro trepidante

albores de musgo en lontananza

blando morrón tragafuegos

ninfa arropada de zumbidos

diaria gesta la de germinar

me cubre una trementina arbórea

se me incrustan las letras

de un alfabeto solipsista

día 123, 266 días

cuento las gotas

nocturno de sol quieto

bruma para ábacos

día 122, 266 días

el trayecto perenne de la quietud

la quietud perenne del trayecto

el laberinto veloz de la intemperie

la intemperie veloz del laberinto

la noche sonámbula del fuego

el fuego sonámbulo de la noche

el día exangüe de la brisa

la brisa exangüe del día

el resto pulsa mi sangre

con afán de desaguadero

singularidad del árbol cotidiano

día 121, 266 días

la estrechez del esquife

de la escafandra

del esqueleto

de la estructura

del entramado

la madeja de madera rueda

por el azar de la hoja

tanto espacio cabe en el espejo

trago la temperatura

siento zarpar al muelle

redondo bote anclado en el majal

día 120, 266 días

el aire se está cayendo

pero nadie lo levanta

raigambre de pesadez

tejido hecho con el algodón del viento

oído interno eterno

escucha la música de los peces

polifonía encarnada en la savia

dueto de agua y vientre

el aire se está cayendo

pero nadie lo levanta

día 119, 266 días

enredada larva que brota

en húmeda madreselva

vuelo resinoso para adherirme

seré ladrona de leche bucólica

cuando me desarraigue del cordel

aprendiz en golpear los anaqueles

entro en la perspectiva rojiza del pimiento

flor carnívora que alimenta al verso

síntoma arácnido en brote de larva

día 118, 266 días

carnoso relieve al calor de la pera

lumbre del fruto

llevo este armazón en dulce pulpa

para escandir las vértebras

osamenta del decir

bruñidas opalescencias

de un hondo poema

umbrío olmo descarozado

día 117, 266 días

mamífero en el tablero

hilo a hilo me cubro de significado

el fin del molusco y su corteza

el acabose del argonauta y su envoltura

vellón para no perder el navío en el hueco

espero al bípedo fraguador de alas

sordina en la pieza donde no existe el silencio

día 116, 266 días

una parva que cambia de matices

como un idioma que crece

un helecho antiguo que guarda secretos

como un bodegón del tiempo

un espacio tupido de sonidos y luces

como una suave laca envolvente

una madriguera de símbolos

como un áncora para un pez

entre tanto quedo amarrada a tu tela

mucílago pegajoso

situación de hierba con lienzo en eclipse 

día 115, 266 días

si tú Medusa

entonces yo esta piedra

hasta el tut tuétano

día 114, 266 días

barco cubierto de ámbar

mociones mezcladas

en la viscosidad del bosque

voy con la ballena nocturna

a eclosionar en transparencias

oquedades subterráneas

hasta que surja mi néctar marítimo

día 113, 266 días

adentro del insecto hay una cápsula

maleta de brotes ultramarinos

montaña que profundiza

en la corola de mi epidermis

fugaz barniz arbóreo

golpeo el dintel de tus aguas

con pasos de lunática

muere cada día el cráter

ombligo solista para el nunca baile

absurda lucerna anfibio remitente

en la vía caseosa

adentro de la cápsula hay un insecto

día 112, 266 días

pera condensada

sobrevino el ángelus en la semilla

himno de la pepita germinal

vegetal pulposo en ciernes

hueso de la madera líquida

me entretejo en el álveo de tu lana

mientras subo por el arrecife

espanto de los descastados sin aire

día 111, 266 días

la arcadia rezuma savia

transpira el jardín cercado

el tronco canta embelesos

sobre la pequeñez en crecimiento

bucólico xilema para la suerte del tallo

perpetua sierpe por el cauce

donde mi boca tendrá sentido

cuando aspire la panacea

que desata el cordón

día 110, 266 días

no soy un cardumen de rocas

ni una bandada de árboles

ni una multitud de suelos

tan solo esta guedeja de palabras

en construcción perenne

día 109, 266 días

yo también atravieso la luz

en tus aristas redondeadas

aprendo a sentir el viento facial

me apoyo contra los pretiles

en tu bóveda de lienzo

crezco con mi rizoma nauta

con mis pies adentro de tu ojiva

alcanzo casi a ver

casi en la pantalla que tejes

donde compartimos la misma hebra

día 108, 266 días

me dormiré al compás de la mandrágora

haber cardado las briznas del mar

para tener madejas de agua como flores

pero no descifrar su aroma

decir rimas encarnadas en el cuerpo

tiempo de apacentar en el bosque del lenguaje

con la nada que implica

presentir las formas acuáticas

mientras muerdo el anzuelo del contenido

día 107, 266 días

tengo un millón de bulbos

secuencia de amapolas

médula negra blancura lunar

latencia dormida mientras goteo

púrpura navegante

subo por tus fibras verdes

descubro la cara oculta del gusano

una escuadra de filamentos avanza

hasta que me exprimo como un puño

y estallo en parpadeos de luz mojada

día 106, 266 días

me llevas en tu costal húmedo

me sigue el río hasta el roble

no necesito pesados huesos

para flotar en el surco

hay un líquido que recorre el sendero

con estimación de desembocadura

apretado envoltorio

guijarros sobre el pentagrama

sin prisa caigo

en la unión de sonidos pétreos

en el trozo de canto donde ruedo

día 105, 266 días

dónde la casa de mi planta

palidez de nardo cruzando tu umbría

dónde la nave de mi fruto

elipsis de palta frente a tu marea

dónde la raíz de mi insecto

ecos de luciérnaga aun en tu tallo

día 104, 266 días

ave que labra el mar

sedimento insaciable

tengo la corteza cubierta de árboles

me muevo a velocidad del vagido

los peces sienten el peso del fanal

embarcación propensa a deslizarse

fruta femenina en suspenso

día 103, 266 días

el poema tiene una araña en la boca

tejedora de textos

pliego mis dedos hasta encontrar los hilos

que me destejen

rompo la textura que me amasa

pan nuevo de un hambre vieja

levo las anclas de la levadura

crezco en el agua enraizada

los bordes del árbol se asemejan al horizonte

cascarón de cera

donde eclosiona el alfabeto

la araña tiene un poema en la boca