Cualquier signo de luz me salva. Abro las compuertas para nacer. Le escapo al abismo del túnel oscuro sin fin. Me doy a luz. Vuelven al vuelo las señales de bosques antiguos, me arropo en fragancias alargadas por la brisa. No tengo que encontrar la puerta: el umbral del alumbramiento siempre estuvo aquí en larva fervorosa de encuentros.