bebemos la ambrosía de las pausas
es hondo el mar cuando abraza
callamos mudas de horizontes
tenemos tierra en el bolsillo
estamos livianas de palabras
para salvarnos
tejedora de sílabas
enhebro versos
arqueóloga en el desierto
subterráneas piezas
titilan en mi mente de noctilucas
tomo las notas en un pentagrama de
arena
brisa de melodía sin hilos
buceo en olas de cieno
tengo la cueva escupiendo piedras
respiración de mamífero fósil
el hoyo se cava
caigo dentro como un fruto sin piel
música que enternece mi esternón
ya quiero gritar a tanto pozo
desoído
te salvaré dentro del tierno musgo
en hueco de árbol que nos adormece
profundizaré en tu agujero de
mariposas fértiles
beberé la miel que me has dado
nunca será tan alta la voz de la
flor gimiendo
no hablemos de olvido
somos pura memoria
nos hacemos a diario
como moléculas de agua
estoy cubierta por tus vértices
llena de tus lados
plagada de tus formas
no habrá olvido
las nubes se hacen agua la boca de
mirarnos
la lluvia llora ríos de angora
todo es suave y redondo
como la madeja que nos desata
tejo las hebras de tu nombre
con perseverancia de barco
zarparé en tu pubis hacia el mar de
los cantos
y todo desnudo el árbol
explota en raíces de tiempo