Busco tu naranja femenina,
el rocío que se desgaja en tus pómulos,
el manantial desbordándose de tu boca.
Busco tu durazno acolchado,
tu globo desinflándose delicadamente,
tus ojos enjuagados en lluvia yinizada.
Busco tu sector de amapola,
tu charco de peces dorados,
tu melena de mujer gigante.
Busco tu intuición azucarada,
tu lengua como una esponja rosa,
tus besos infantiles en mi té con limón y miel.