sábado, 28 de agosto de 2010

Delirios IV

En estos momentos ando muy metida en el tema del delirio, del latín "de-lirare": salir del surco al labrar la tierra. Esa definición me tiene en éxtasis hace veinticuatro horas, me da vueltas y vueltas por la cabeza. Por ahora, dejo que se asiente y espero que dentro de poco dé sus frutos. He estado leyendo bastante del tema, y recordando mis lecturas de cabecera, en una suerte de ida y vuelta entre el pasado y el presente. Hoy siento muy presente el pasado, y tengo ganas de labrar la tierra de la memoria. Sin embargo al hacerlo sé que corro el riesgo de quedarme anclada en los surcos del tiempo. La consigna entonces es clara: salir del surco, quebrar la lógica impuesta, ser inadecuada. Todo lo siniestro es tan familiar, todo lo familiar es tan siniestro. En definitiva, hay mundos allí fuera listos para ser delirados, a piacere y sin culpas. Y sí, todo esto es la antesala de la creación, de la transformación, de esa alquimia del verbo a la que aludía Rimbaud. Otra vuelta de tuerca.

6 comentarios:

Eclipse dijo...

wow, y me dejás pensando en eso a mí también. pensándolo, tratando de hacerlo palabras.
seguí delirando, saliendo del surco y escribiendo para que te leamos en esas palabras que siempre llegan, siempre.
y ser inadecuada...

Gustavo Esmoris dijo...

Salir del surco, para labrar las grandes avenidas, todo lo que se cruce a nuestro paso. Delirar desde la lucidez más absoluta. Convertir todo en palabras.

Iani Haniotis dijo...

Delire los surcos que están más allá de la norma y más allá de la memoria y la comodidad del espíritu, que es una forma de tirar alguna que otra semilla sobre los surcos de los demás, para que algún día prosperen, germinen, y también aprendan a delirar...

Su dijo...

Los mundos delirados pueden llevar a la palabra profunda, pero también a hechos concretos y removedores. Habla de la poesía, de la mujer, del todo. Al final, el delirio es el motorcito inevitable para llegar a lugares mágicos.

Anónimo dijo...

Ah, esa roja inadecuación creadora,
ese surco del que, como en el jazz, nos escapamos en un caliente delirio, para volver luego al eje (también como en el jazz)más plenos y bullentes por la libertad conquistada. Y, por cierto, y retomando la etimología, vamos y volvemos del surco, adelante y en reversa, es decir: el "verso".
Te felicito, Paula. Gracias y el abrazo
jorge ariel madrazo

Paula Einöder dijo...

@Niña Eclipse: salgamos del surco, seamos inadecuadas...

@Gustavo: me gustó eso de "Delirar desde la lucidez más absoluta."

@nolandsman: ¿delirar en conjunto, quizá?

@Su: "el delirio es el motorcito inevitable para llegar a lugares mágicos." Lo dijiste todo, de un modo precioso y certero!♥

@Jorge: "esa roja inadecuación creadora" ¡Perfecto!

¡Me encantaron sus aportes, tan enriquecedores! Muchas gracias, amigos blogueros.