día 164, 266 días

el periplo del bosque peregrino

que atraviesa la trama

en el entramado del retrato

pero no es posible volver

al ruedo del solsticio

ni destejer los árboles a medio camino

no se detienen las palmeras que palmo a palmo

cubren mis manos de vegetación

telar en movimiento                 

reverbera la pequeñez del gusano

día 163, 266 días

en la casa de los insectos

el azogue muestra los trozos

que aparecerán del otro lado

así las desgranadas partes

hasta que se hallen unánimes

en el vuelo vertical

donde estalla el horizonte

día 162, 266 días

la balanza del viento

el contrapeso en el péndulo de la libélula

la agudeza del acróbata

que no pierde el filo del soliloquio

tampoco olvida la espora su espuela

la red de la retina aún no puede

pescar las imágenes de los peces

el viento de la balanza

día 161, 266 días

me enrosco pesadamente

en la mazorca de lana

en el hilo de maíz

en el huso del crisol

orlado estremecimiento

dobladillo de la espiga

lento trayecto del dactilograma

para que veas cómo desemboco

en el delirio del surco

día 160, 266 días

acuático palimpsesto

donde flotan los folios

me raspa un silencio sonoro

que no oculta el mutismo de la música

ni el equilibro efímero del junco

como flamenco en flamas

día 159, 266 días

cadencias de ámbar

para afinar el tallo

resuena el agua

día 158, 266 días

desde el suelo pululan las orugas

sedientas de vista y fibras

translúcidos sonidos del retorno

aunque el tacto de las hojas

sabe que el vuelo aflora en las raíces

filamentos de un murmullo

en el ahora del canto

día 157, 266 días

como agua fuera del pez

como río dentro de la roca

como árido manantial

como suave higuera

en esta hora cuando las flores sonámbulas

me hacen despertar

y se entrelazan las ramas andantes

del ensueño con la vigilia 

día 156, 266 días

me brota un torcido iris

busco el tesoro de la uva

solo encuentro el racimo de cintas

que anudan y desatan el ovillo

arco doblado donde se cultiva el color 

día 155, 266 días

una planta azul de vidrio

para la cabellera hialina de Berenice

la arrugada faz de la berenjena

el oxígeno mineral del sílice

mientras yo inhalo barro

con gusto a escamas

día 154, 266 días

plumas en los pulmones

quiere volar el aire

aves en los alvéolos

listas para el despegue

día 153, 266 días

una seca sed

una hambrienta sombra

un pistilo en la botella

un caracol superpuesto

un vaso que desemboca

un limbo neutro para las espinas

pero no hay asomo de aletas

en el nado de los párpados

día 152, 266 días

si subir es descender

entonces bajaré hendiendo

los poros de la caída

la profundidad heurística de la huella

que deja marcado el pie

la exquisita geología

de mi osamenta de piedra

día 151, 266 días

púrpura tierra

no recuerda el desierto

la lluvia amnésica

arte poética

destilar gota a gota

el oloroso aceite de la mirra

pasar el áspero idioma

por el alambique del fuego

hacer puntería

en la diana del destino

trenzarse a golpes

con los hilos de las tres hilanderas

para que se decante

para que cante afilado afinado

en el borde del canto

en la visceral savia del decir

desanudando el tronco de las ramas

la raíz de la copa

tanteando el territorio

para que hable el hada

para no dormir al compás del huso

tela que me zurce y descose entre bastidores

día 150, 266 días

anverso y reverso del pergamino

vetusto fruto de cosecha nueva

escribiré en los mugidos del cuero

hasta que tome contenido

la forma del papel

a pesar de las fibras

de no poder plantarme

y tenga signo

aunque me doble

quedaré amarilla y partida

la palabra del cuerpo

día 149, 266 días

entonces labramos el mismo pan

cincel celeste dentro de tu bóveda

papilas del saber

oscura palidez de la polilla

delicado pulular del insecto

se elevan los vapores

con mucho tacto y fragua

cuando comemos de la misma cuerda

día 148, 266 días

ya está la topografía en su lugar

el puente sobre el agua levadiza

el tuétano alivianando los huesos

sinuoso caballo marino que se despierta

aventada papaya

para mis semillas de animal cóncavo 

día 147, 266 días

qué negro álamo blanco

barniza mi piel hasta su desborde

una rosa futura

asciende por lo alto de las raíces

tengo pesado mástil

suelto las carnes de la mariposa

día 146, 266 días

las antenas de las plantas

las aletas del misterio

la corteza de la pupa

el buque del vientre

el pájaro de la arena

el sonido de la lámpara

el ovillo de la amiba

día 145, 266 días

las flores lila no tienen espinas

solo pétalos en su lienzo

las ramas verdes no se deslizan por el hueco

solo flotan como orugas

los líquenes no sorben la superficie

solo la profundidad de la roca

tal vez sea un pretexto para bordar el navío

día 144, 266 días

los elementos del árbol amparan

las letras de mi canto

linde entre cuerda y pluma

me llegan rumores de nada

espacio anodino del nauta

día 143, 266 días

respira el ritidoma

se rasga la mirra hasta la matriz

en su arrugada cáscara

solitaria crisálida cubierta de briznas                     

pequeña masa resinosa

donde brotan suaves unos globos

irresistible vértigo del surco

gira y gira y vuelve el verso a su savia

día 142, 266 días

un soplo de alas

anémona erizada

viento escamoso

día 141, 266 días

entraña de madera

trozo de bosque

materia de laurel

absorbo el azúcar del intercambio

néctar humedecido

estoy adentro de un acuario de espacio

día 140, 266 días

fuego para el nervio ambarino

umbela para el bulbo limonado

estirpe para el racimo violeta

mientras sigo seca bajo la sombra

del líquido que me enjabelga

día 139, 266 días

el sonido va hacia atrás

rebota no lo absorbe

la pared de membranas

se retuerce la lombriz

giran las vértebras

dobladas raíces

voces en los estambres del poema

día 138, 266 días

tejedora de espejos

me visto con el humus

sola en el coro

tengo el retrato imbricado de imágenes

la rima se llena de ritmos

da lugar a la grieta

sustancia de pegajoso pez en la orilla

día 137, 266 días

piel de teatro

tengo puesta la máscara

soy un escenario

día 136, 266 días

tendré que arborecer

hacerle frente al dedal

auscultar mi mano siniestra

pero sonaremos como una pequeña piedra

en la melodía de la médula

a pesar del suelo

día 135, 266 días

en el filo de la hebra

los capilares han venido a zurcir mi drupa

en el borde del hilo

animal marino barnizado de galaxias

en vilo de la aguja

estas costuras nos terminarán descosiendo

día 134, 266 días

el buque no siente dolor, no siente

hay pasto quieto en el vientre del nómada

boceto áspero contra el canto liso

rizomas en la bóveda del tronco

escaleras al pie de la montaña

un vaso de mar flotando en la arena

el buque no siente dolor, no siente