día 72, 266 días

llegar al imago

dentro de este mar en transmutación

no se me quita el reflejo de andar

aunque todavía esté sin tierra

revés de navío soltando las olas

me personifico hasta lograr la máscara

clave de hueso armonía suave

ecos en el interludio

voy con pesadez marcial a mi encuentro

día 71, 266 días

concierto intestinal

flora y fauna de la música

verdura cíclica en mis esporas

cae el otoño para que yo tenga

hojas en las manos

muda granate

capullo silencioso

también se derrite el agua

entrelazando mi anatomía

día 70, 266 días

yo me desarmo en vez

sólida de oxígeno

atravieso la efemérides

la misma trampa que empuja

me da aires rojos

ungüento urticante

pies balsámicos

pequeña Hidra frente al espejo

árbol navega en tierra de tinta

pretensión de pluma para armarme

día 69, 266 días

Das Maß ist voll

Zahme Xenien

Goethe

la taza está llena

de poesía

de cuerpo

de árbol

de insecto

de versos

de piel

de corteza

de crisálida

mientras tanto

no hay nada más puro

que el poema

en el universo callado

del órgano sonoro

que me habita

día 68, 266 días

tiempo del túnel

transporto los sentidos

rielados pies

vasija arenosa de noria

donde soy la única rama coreuta

vibrátil cántico natural

en el oboe verde

molde hueco equidistante armazón

los sentidos me transportan

túnel del tiempo

día 67, 266 días

los párpados peregrinos

presienten la mariposa

las encías encerradas

eclosionan en raíces

voy al abrevadero abisal

trueque de escamas por pasos

abandonaré este disfraz de oruga
cuando llegue al hilo vernáculo

agujereada agua

versos sin red para no caerme

día 66, 266 días

la flor en su pupa tiene abejas enjauladas

miel de cántaro para el fuego diario

me amasas como a un pez náufrago

soy una isla en el ombligo marino

rojo roquedal donde mastico la envoltura

añoranza de cuerpo mi cabeza cubierta

inmensa pequeñez

en el perenne movimiento aventado

día 65, 266 días

cascarón de nuez colmado

el junco donde me aprieto

soy el puzzle de las piezas

dejaré pronto la androginia

cuando un rayo me divida

momento de luminosa sirena

en tierra de alas y escamas

día 64, 266 días

la poesía me da hambre

soy el horno dentro de tu pan

unas fragancias rozan

mi afán de levadura sin morderme

creceré con calor en las fauces

sedienta semilla en alas de barco

devorador insecto en raíces vagabundas

el hambre me da poesía

día 63, 266 días

calcio en las dorsales

peregrino mecanismo

sobre cordilleras de hueso

osamenta nómada

ninfa efervescente

caparazón con olor a médula

vibrante orificio donde todo entra

pero nada sale

día 62, 266 días

costilla en el barro poético

aunque me muevo no lo presientes

la copa del árbol no sabe

cuando la savia moja sus raíces

arrope de versos

contra mis órganos submarinos

filamentos que harán nueva

la película filmada

en el recóndito hueco antiguo

nacimiento negativo               

el insecto se transforma en crisálida

día 61, 266 días

cuando el día es noche y la noche es día

cuando el árbol es mujer y la mujer es árbol

cuando el insecto es semilla y la semilla es insecto

me dejo flotar en el agua de tu flor inmensa

soy pura raíz para parafernalias del aire

los ojos de las hojas me respiran

con pies perfumados

con tobillos melancólicos

con intersticios sabor a roca

día 60, 266 días

madeja celebratoria

tornasoladas membranas

donde se mecen las redondeces

fantasía diurna

en una noche poblada

de envolturas deliciosas

hoy estoy más cerca

de encontrar el océano

en el líquido lleno de cuerdas

día 59, 266 días

perla espasmódica

hora nula para el barquero

circadiano rotar que no me afecta

en este mar nocturno y verde

raíces pletóricas de insectos

tiembla el roble

cápsula dentro de la cápsula

todo en su lugar

deseada danza de la espera

espasmos perlados 

día 58, 266 días

lenta luz cruda

rapidez de choque sin bordes

no tiene escapatoria

este embudo llamado savia

voy hacia el periplo de la escarcha

no venceré hasta que caiga en tu honda nave

bordada de extramuros

día 57, 266 días

limbo marino
crecimiento de lumbre
árbol mojado

día 56, 266 días

ahora pierdo la cola de pez

solipsismo en la fuente

el panorama camina con mis pies

ninfa acuática baile de huellas dactilares

renacuajo en bosque solista

encadenada me muevo sobre cresta arbórea

párpados pegados

asirán el alma máter del canto

nutricia alegoría en navíos

apegados al arsenal

astillas prometen el árbol de alas

pequeñez larvaria

donde eclosiona el reloj

tengo existencia antes de que me tome el espacio

día 55, 266 días

guardo los latidos crecientes

en mi cuaderno de bitácora

voy a bruñir el armario en clave de sol

insectos caudalosos con aguja mareada

compases cefálicos

cruzaré la barrera del silencio

pulso acromático donde tiemblo

caramelos para endulzar el mar

escribiré cómo retorno

al tiempo de los pétalos

crisálidas en la mariposa

rumbo olfativo en las aletas del barco

día 54, 266 días

el ritmo lento de la roca

la memoria olvidada del árbol

empiezo donde pongo el pie

tengo los dedos a punto de zarpar

pesadas resonancias en los peces

saciedad de río en las manos

me muevo con la quietud de los rizomas

me alimento con las alas del fuego

sentidos en la nariz impulsiva 

el olor camina hacia tu boca

vasija para absorber tu limo

llegaré al puerto hecho agua 

pasos pequeños hacia el roble de plata

arboleda zurcidora de respiros

poroso barro epitelial 

día 53, 266 días

árbol velloso adentro del argo

pelusa veloz en el bosque de oxígeno

navegantes atravesando la filigrana

cartílagos de suave envergadura

insecto en agua de almíbar

mástil grabará un surco

cicatriz en la nave del carnero

oro líquido manjar de los nautas

cuerdas púrpuras para que crezcan

las raíces de mandrágora en suelo ahorcado

pasionaria pegajosa hilando mi caparazón

erizo hirsuto abandonando el árbol

día 52, 266 días

todo esbozos

navío vertebrado hasta la savia

en trozos

vuelo de seda en transparencias umbrías

vierto pozos

bebo el sólido cuerpo que me habita

brotan los calabozos

para que salgan las raíces enredadas de aire

sin fin de gozos

empeñada en tornarme verde como los ríos

comienzo en los bozos

lanugo del animal con un pez en las branquias

llena de hilos mozos

jilgueros trama pájaros feroces  

nido donde retozo

soy cuadrúpedo en cápsula viviente

fraguo cantos en los rozos

sed de ojos árbol bebedor de vistas

día 51, 266 días

combados versos en la médula del poema

instrumento hecho música

en el navío azul de las entrañas

presiento mi nariz a punto de cosechar aromas

aprieto los dedos como larva contorsionista

tengo rimas en los pies

lápices en los tobillos

escribo con mi cuerpo al descubierto

natural himno del solitario

estrofas húmedas en la lluvia acordonada

por ahora nada más parecido

que mi proa y cabo sinuosos

busco la redondez

la curva del capullo

combados versos en el poema de la médula

día 50, 266 días

entre mi rabito y cabecita

lato más rápido que las alas de Niké

probabilidades en la madeja

de convertirme en tejido

lenguaje de pequeña nave

en el deseo del mar

las compuertas estás selladas 

con tu carne almáciga

depósito de agua que me nutre

interludio lúdico

olfato para olerme mejor

oído para oírme mejor

boca para comerme mejor

victoria añil en el hondo periscopio donde duermo

día 49, 266 días

movimiento alfarero en el éxtasis del gusano

las manos de la palabra

pura vasija para vestirme de alas

me decanto en el vuelo

se me acumulan anillos acuosos

donde crece mi espesura

velocidad de crucero con bríos larvarios

ya estoy dentro de la ninfa

bosques encapsulados

emergen en cada tronco

en cada rama del laurel

para que nazca la mariposa muere la crisálida

junto con su árbol umbilical agoniza la dríade

canción encantada en el borde breve

día 48, 266 días

armadura de escamas

lo blando está en mis dedos

ya vendrán los frutos de Flora

desvestiré los jardines entre tanto

el tiempo se hilvana en las raíces

las flores ejercerán su oficio de primavera

en la textura que me anida

extrañamente conocido bosque marino

donde lleno con los hilos del olvido

el hueco de la memoria

escamas de armadura

lo duro está en mis huesos

día 47, 266 días

en el templo de roca

donde me mojo con agua perenne

un río de cintas viaja

por el paisaje del árbol

surcos de ritidoma llenos de savia

me miro en el azogue sin rostro

tengo nociones de párpado

y artefactos en cada rama

todavía las branquias se asemejan al aire

pasará un rato y luego otro poco

en el templo de agua

donde me arraigo con roca constante

día 46, 266 días

se me cayeron las alas

pequeño Pegaso con incrustaciones de fuego

el mar tiene costados

donde me engancho los pies

bebo el néctar de las corolas nocturnas

en mi barco sonámbulo

brillantes osificaciones en las dorsales

me muevo con el impulso de la marea óptica

tengo un gato en la lengua

dando saltos isócronos

coral de ramas esparciendo un bosque por la retina

esperaré las raíces

no le diré adiós al insecto profundo

que anda por mis vértebras

día 45, 266 días

tumefacta espera

cuerpo en diacronía

la gramática de mis huesos volcada

a mantener las aletas

las sensaciones de pez perduran 

en mis dedos psicomotrices

el signo convertido en piel

forjado con los sonidos de una flor de loto

mientras se desliza por el estanque

golpes atravesando

los túneles dentro de la gruta púrpura

mucho tiempo y poco espacio

enorme raíz para tan pequeño árbol

aprenderé a no escuchar a las sirenas

ni a anhelar a la sinuosa oruga

día 44, 266 días

tengo un sexto sentido para todos los terrenos

pies apegados contra tu muelle de telaraña

andante cantabile mientras me exploras

pasos de gusano sobre mi piel límpida

encanto para peces subacuáticos

huellas primigenias en el bosque

compuesto de pájaros juglares

más de doscientos cantos

con propósito de metamorfosis

día 43, 266 días

maravilla de agua en el aire sólido

estoy a punto de escuchar el mar

crisol de vértices ahuecando redondeles

curva donde se da el encuentro

de las olas con el fuego

alas de lepidóptero

solo visibles en el tejido del espejo

descosiéndome a diario

para sentir la textura del océano

matriz singular encarnada

laberínticos hilos

maravilla de aire en el agua débil

día 42, 266 días

no quiero el alcanfor

que ahuyenta el insecto que hay en mí

sed de árbol licuado hasta los pómulos

la trementina disuelve los ensueños

a un estado fluido

mis dedos verosímiles se llenan de ramas

no quiero la naftalina

que reduce la larva que hay en mí

polilla pálida peleando el cauce

estoy toda hecha para volverme cuerpo

los frutos del verso alimentan 
la oruga de mi manzana

quiero la resina viscosa

que une mi cabellera aún invisible

con tu cordón de almíbar

dulce enjambre cercanías intactas