miércoles, 21 de julio de 2010
Delirios III
martes, 20 de julio de 2010
Delirios II
sábado, 12 de junio de 2010
trueno
me caí en el trueno
nací espantada
aún sufro convulsiones
cuando la lluvia empieza desde atrás
tengo todos los tics
de los que sienten en crudo
con la piel descosida
ando a los tumbos
no doy dos pasos sin sentir
mi vulnerable diapasón temblando
el peso de mis pesados pensamientos
el plomo de días y noches
el irme quedando
en este contrapunto
de lluvia y tormenta
de suavidad y dureza
soy de las que se levantan sin andar
doy pasos de nada
caigo una y otra vez
pero no avanzo
en esta pasmosa agua seca
estéril música muda
muero espantada
el trueno cae en mí
martes, 25 de mayo de 2010
Singularidades
Todos tenemos algo que nos hace especiales, o como dice el título, poseemos singularidades que nos caracterizan y nos diferencian del resto. A la hora de escribir, pienso que todos queremos ser distintos del resto, o dicho de otro modo, que buscamos parecernos lo más posible a nosotros mismos. Siempre me pareció que el tema de encontrar la voz personal era el quid de la cuestión para cualquier escritor. Entiendo que la voz personal quizá tenga más relevancia para un poeta, que para un narrador. Si lo pensamos, veremos que no es tan distinto de lo que sucede con los cantantes líricos; cada cantante tiene una tesitura y un registro determinado, y trabajará su voz hasta que encuentre su modo único y propio de cantar. Así, el escritor debe buscarse en medio de tantas voces que no son las suyas.
Sin embargo, es evidente que escribir es consecuencia del acto de leer, y que leer producirá escritura; es como una dieta, todo lo que comamos determinará en gran parte nuestro cuerpo; del mismo modo nuestras lecturas influenciarán nuestra escritura, esto ya nadie puede dudarlo. La intertextualidad recorre toda la Literatura, y quizá Borges estuviera en lo cierto cuando señaló que existen pocas metáforas; la Literatura se cuenta y recuenta a sí misma desde tiempos antiguos. En algún momento, el escritor novel también participará en este diálogo de textos, aportando su visión, y eventualmente encontrará su voz, su singularidad, a través de recrearse a sí mismo en las voces ajenas.
sábado, 15 de mayo de 2010
Delirios I
¿Qué rumbo tomarán mis pensamientos? ¿Dónde se halla la poesía? A veces creo que todo ha sido un sueño, del que despertaré; otras veces creo que me despabilaré en mi peor pesadilla, y que lo que se muestra en la película The Matrix ¡no es nada en comparación! Toda la poesía que he leído a lo largo de tantos años, y me pregunto si no habrá sido todo un espejismo, o si por el contrario, la poesía siempre ha estado aquí, al alcance de la mano, pero nadie quiere salir de su mutismo. En el imaginario popular es moneda corriente asociar la locura con los poetas, pero me cuestiono la validez de tal creencia; no obstante, quizá los poetas lo hayan fomentando con sus estilos de vida y escritura.
En palabras del vate Rimbaud:
"Las vejeces poéticas eran buena parte de mi alquimia del verbo.
Me acostumbré a la alucinación simple"
Sí, los delirios del poeta, profeta, la búsqueda de una visión, las encrucijadas que se deben sortear y, finalmente, la página en blanco, el cerebro en blanco, dar en el blanco...
viernes, 14 de mayo de 2010
miércoles, 28 de abril de 2010
domingo, 25 de abril de 2010
domingo, 18 de abril de 2010
Región de lo inmediato
Escribir y escribir, dar hachazos
al árbol primitivo, a la madera
primigenia, ser un ebanista
medieval, un monje
de monasterio, un meister
de la pluma, un escriba
del templo, un ermitaño
del grafito, talar firme al árbol
hecho hoja, al papiro egipcio
al pergamino de la antigüedad
al gutenberg moderno
y todo por esa luz al fondo del túnel
por cegarnos con la divinidad inmaterial
a través de la materia
del árbol primitivo, de la madera primigenia
y transformar la nada en un huevo fabergé, escribir
y reescribir ahora comprendo, leer y
releer, ahora me interno y ser la
pausa luego del hacha, el silencio
luego del parloteo, fijar la vista
en el cielo de la escarcha, amar
esas flores amarillas que descongestionan
los sentidos, y volver al punto de
partida para partir el árbol primitivo
la madera primigenia, para crear el
sig-oto-el otro-sig-no-el ver-bo-el-as-ombro
para apoyarte luego del escombro
en el árbol primitivo, en la madera
primigenia y obtener sombra luego de
arder en la caldera que chifla y resuena
campana del jorobado de Notre Dame
y ser el trovador que busca al trovador
que rasca el árbol y encuentra el HUEVO
perfecto dentro de la savia caliente
y las barbas de la corteza:
el huevo que late
el latido que le da
la singularidad
a lo inmediato.
viernes, 16 de abril de 2010
You Don't Know What Love Is
Dame un poco de tu infierno
de tu máquina rota
de tu trayecto rasurado.
Es la hora del quiebre.
Justo cuando los relojes se desmoronan
y se ablandan las percepciones
No es este el sitio de la penumbra.
Por eso quiero un poco de tu infierno
de tu fiebre bochornosa
de tu delirio transplantado.
Es el espacio de la náusea
Justo cuando las bocas se preparan para evacuar
un strip-tease del alma.
No hay tiempo, dices
no hay tiempo para aflojar los calambres
para desintoxicar la piel de las toxinas del aire.
Pero quiero un poco de tu infierno
porque quiero sentir el veneno.
Quiero palpar tus sudores nocturnos
tus filamentos delicados.
Quiero escuchar a la mosca cuando se convierte
en un trozo de tus sueños.
Estoy proyectando mi mareo en tu pantalla desnuda.
Estoy depilando mi vientre de monstruos y libros.
Estoy al tanto de que el invierno es fatigoso.
Por eso quiero un poco de tu infierno.
Dame tus noches emancipadas
tus colchas con lunas de incienso.
Te doy mi ombligo por un poco de tu fuego.
Escucho tus bailes a través de mi espejo
y me preparo para la barbarie de tu imagen.
Por eso dame un poco de tu infierno
porque estoy perdida en este paraíso inventado
en estas calamidades asépticas.
Quiero tus altas temperaturas
tus enzimas reventando por el calor.
Sí, dame un poco de tu infierno.
Quiero palpar la irreverencia de tu reino
tus espejos-esperpentos
los tormentos de tu tormenta
tu sinceridad descarada
tu cáscara de existencia
es decir
quiero un poco de tu infierno.
