miércoles, 11 de marzo de 2015

primer poema

como no hay tiempo este es el primer poema que escribo. tengo quince años y estoy enamorada. todo pasa por primera vez. el beso, mi cuerpo, el amor. escribo el primer poema porque no hay tiempo. ambiguo, ambivalente, ambidiestro. no hay tiempo. corre. no existe el tiempo. tengo quince años. nadie me canta una canción, nadie me escribe un texto porque este es el primer poema y no hay tiempo. tengo quince años y estoy enamorada. cometí un crimen pero los testigos se han ido de la habitación y me miran a través del espejo. tengo quince años, soy inocente, escribo mi primer poema porque no hay tiempo. pero me pierdo en el laberinto y el laberinto se pierde en mí. en el desencuentro veo al juez pidiendo silencio, dará su veredicto mientras escribo mi primer poema en la arena, en el agua, en el reloj. no hay tiempo y soy inocente. el espejo atraviesa mi piel de eucaliptus. se me antoja exquisita la sensación. quiero que me penetres pero tengo quince años y escribo mi primer poema. nadie lo sabrá, nadie se enterará, nadie podrá intuirlo. cometí un crimen pero no hay tiempo. tengo quince años, grito, escribo mi primer poema. qué absurdo, pienso, me esposan. dicen que no soy inocente, que no puedo escribir algo así. entre los barrotes la pantera de rilke ruge y me roba los ojos, el bosque de baudelaire no se corresponde con mis piernas, el gato de alicia no se ríe más. digo que tengo quince años y que este es mi primer poema. no hay tiempo y la inocencia se fue a la madriguera. estoy ahora sorbiendo las raíces del bosque, la savia es dulce cuando explotas entre mis muslos de azúcar. pero no fue así. me imagino a la gran arquitecta de ocho brazos lamiendo el texto. se llenó el árbol de padres e hijos mientras tengo quince años, escribo mi primer poema y no hay tiempo.