lunes, 1 de octubre de 2012

día 42, 266 días

no quiero el alcanfor
que ahuyenta el insecto que hay en mí
sed de árbol licuado hasta los pómulos
la trementina disuelve los ensueños
a un estado fluido
mis dedos verosímiles se llenan de ramas
no quiero la naftalina
que reduce la larva que hay en mí
polilla pálida peleando el cauce
estoy toda hecha para volverme cuerpo
los frutos del verso alimentan 
la oruga de mi manzana
quiero la resina viscosa
que une mi cabellera aún invisible
con tu cordón de almíbar
dulce enjambre cercanías intactas

2 comentarios:

Hugo Correa dijo...

te das cuenta qué cosa bien es el alcanfor
escondido de tu vientre
cuando pretendes conservar impune tu antigua forma de árbol
correrás pero en lo profundo de una grieta
que te verá parir tu propia ausencia
ahora que tu cuerpo se traga tu voluntad
y tu corazón tu orgullo
deja que termine su manzana
que pierda su boca
que rompa su almíbar
como una cáscara
y píe

Paula Einöder dijo...

Excelente diálogo de poema a poema. Abrazo.