viernes, 23 de noviembre de 2007

interludio II

Hoy no pude acceder al blog porque me olvidé la contraseña. Cuando por fin, luego de ingresar una nueva contraseña, entré al blog subí un poema muy viejo, uno de mis proto-poemas del año 1994. Me estremeció mucho ver la emoción que bulle y chisporrotea en aquel poema de mis comienzos. Sé que no es perfecto pero en su imperfección se nota la osadía y mis ganas de decir de un modo muy personal. Creo que marcó un hito en mí esa tarde cuando lo escribí (supongo que fue una tarde porque nunca escribo nada por las mañanas). Supongo que estaba escuchando el grunge de Nirvana y sufriendo con Kurt la batalla de los que vivimos en las sombras. Encontrarme con el poema es encontrarme conmigo misma, pero de otra fecha y de otro lugar. Las imágenes que propone el poema sugieren pensamientos de difícil articulación. Sobre todo en aquella época, cuando realmente el nacimiento de todas las cosas (humanas y poéticas) tenían especial relevancia para mí. La muerte y la vida. La vida y la muerte. El principio y el fin. Alfa y Omega. Ir y venir. Por suerte existe una pluralidad de significados al leer un texto pero no es mi intención interpretar el poema sino dejarlo como una constancia, una huella, un decir entre tanto silencio, tanto tapujo, tanta inconstancia. El poema dice lo que nunca con anterioridad pensé.

Sueño otoñal de una atmósfera azul

Radiador de aceite

Burbuja de luna

Cristal de media

Rayón de espuma

Tambor de huevo


Te lo digo porque

no me importa nada

tu navaja de lengua

porque hay más soles

precipitándose al agujero

de lo que piensas

porque soy medio en todo

y tu eres una mueca desdentada


Te lo digo aunque

te chupes las cejas

en tu resfrío seco

aunque te acuestes

sonámbulo

en tu noche

de shampoo

destilado

aunque recorras

los cráteres con los ojos cerrados

y no sepas

que debajo de tus párpados

hay otros párpados

que se abrieron

solamente un fulgor

cuando te deslizaste

en tu primer respiro intenso

al mundo de la carne-bajo-secador

pero desde entonces

-la nada-


( Y otra cosa: tienes las encías

rojas porque no te

tocó aún la

atmósfera azul).


jueves, 8 de noviembre de 2007

interludio

interludio

m. mús. Composición breve que se ejecuta a modo
de intermedio entre dos piezas musicales de mayor
duración o entre dos actos de una ópera u otra
representación teatral.

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe S.A., Madrid.


¿Existe un interludio entre dos poemas? ¿Existe un interludio entre dos pensamientos?
La idea de este espacio que llamaré "Interludio" es pensar o descubrir qué pensamientos existen (si los hay) entre cada poema escrito (o no escrito).
Como poeta encuentro difícil conocer mis pensamientos a menos que los exprese en un poema. Wallace Stevens dijo que los poetas son "thinkers without final thoughts". (Pensadores sin pensamientos últimos).
¿Qué sucede con mis pensamientos cuando no escribo poemas? Es algo que me pregunto pero lo hago porque para mi escribir poesía es algo físico. No solo porque, claro está, utilizo mi mano para escribir, no, es más que eso. Es algo físico, corporal, visceral. Empieza en la mano y toma todo mi cuerpo, me vuelvo una casa habitada. No entiendo y no sé qué me pasa en la cabeza hasta que lo veo claramente (u opacamente) en el poema. El poema se vuelve fotografía de los negativos que llevo en mi mente. Todo está oscuro y en penumbras. Así. Entonces con el poema se revela el negativo y quedan a la vista las imágenes. ¿Será que mis pensamientos quedan atrapados en un limbo cuando no escribo? Quizás lo que planteo no sea más que una variante de la corriente que liga indefectiblemente escritura con pensamiento, que el uno no existe sin el otro. Pero, ¿es esto realmente lo que me sucede a mi cuando no escribo? Sin duda, los poetas son pensadores pero no siempre los pensadores son poetas. De ahí que surja ese espacio bisagra (como una especie de twilight zone) entre el poema y el pensamiento. Ese espacio es, justamente, el que denominaré interludio.

domingo, 4 de noviembre de 2007

La escritura de arcilla

Escribiré sin motivo y sin consideraciones.

Agarraré cada palabra bizca y deshecha

y la haré de arcilla.

La pasaré por el fuego. Le daré aliento.

Cada palabra será un hombre.

Poblaré la tierra de palabras. Llenaré páginas de hombres.

Habrá arcilla en vez de tinta.

Escribiré sin volumen. Me cegaré.

No voy a pisar ninguna palabra.

Serán mi bastón.

No voy a buscar al hombre. Porque un hombre

está hecho de texto.

Está tejido de demasiadas palabras.

No voy a buscar al poema. Porque un poema

está hecho de carne.

Está compuesto por demasiados

tejidos y músculos y nervios.

Escribiré sin propósito y sin esquemas.

Pero nadie podrá reprocharme que no haya unido

la palabra con la arcilla, la tinta con la sangre. Además

mi falta de originalidad es buscada.

Lo novedoso y el olvido son lo mismo.

Pero mi poema está escrito.

De eso trata el asunto.